Cuando se habla de la disciplina del deportista se hace referencia al nivel de compromiso, de respeto y de evolución que presenta un atleta en su respectivo deporte. La práctica deportiva hace referencia a una evolución constante en donde se presentan batallas importantes entre el “no puedo” y el “puedo un poco más”, entre “no sirvo para esto” y “es mi pasión”, entre “quiero lograrlo todo” y “quiero abandonar por otras diversiones”.
En cada deporte existen diferentes etapas que se convierten en un proceso de formación y adquisición de nuevas habilidades para el mejoramiento del rendimiento deportivo; desde el punto de vista empírico y profesional son tres las etapas (iniciación – formación – alto rendimiento) y diversas las habilidades que se adquieren en el desarrollo de la disciplina.
En muchos ámbitos se dice que, para tener éxito en la vida, es fundamental tener disciplina, añadida a otras habilidades como la constancia, la voluntad, la creatividad, la inteligencia y el trabajo. La disciplina hace referencia a la coordinación de actitudes que busca conseguir orden para desarrollar actividades específicas y conseguir resultados positivos lo más pronto posible.
La disciplina se ve reflejada en el deportista cuando demuestra la fuerza de voluntad para realizar rutinas pre, durante y post entrenamiento, seguimiento de recomendaciones de profesionales, organización de su tiempo de acuerdo con sus responsabilidades, compromiso con sus actividades, ejecución de hábitos saludables para mejorar su estilo de vida y, por ende, su rendimiento deportivo, y gestionar tiempos de descanso para la óptima recuperación física y mental.
Durante la realización de un deporte se deben trabajar cinco áreas relevantes para obtener el rendimiento deportivo esperado: la parte física, parte técnica, la táctica, la mental y el descanso, por lo que, es fundamental el desarrollo de técnicas que colaboren en el desarrollo de la disciplina de los deportistas. Como formadores o entrenadores es importante promover las siguientes actitudes en nuestros deportistas:
- Creación de hábitos: los hábitos saludables se deben implementar desde los procesos de iniciación deportiva, conforme se desarrolla la actividad estos hábitos se vuelven automáticos y forman parte indispensable del estilo de vida del deportista.
- Valores deportivos: la responsabilidad, el compromiso y el respeto son de los principales valores en la formación de la disciplina.
- Estudio del deporte: un deportista debe aprender a estudiar su deporte, las reglas, los límites, tener la capacidad de analizar sus fortalezas y oportunidades de mejora.
- Asesoría y acompañamiento profesional: es sumamente importante que todo deportista realice asesorías con profesionales expertos en sus áreas de trabajo. Escuchar y aplicar las recomendaciones para mejorar el rendimiento individual y colectivo.
- Establecimiento de metas y objetivos: las metas a corto, mediano y largo plazo ayudan al deportista a mantener su enfoque y concentración, planificar y gestionar su tiempo, actividades y energía.
- Descanso: en el deporte no todo es trabajar y trabajar, el descanso es necesario e importante para obtener un rendimiento deportivo óptimo, la recuperación física y mental son parte de la disciplina del deporte.
- Ocio: el tiempo libre, tiempo de diversión, tiempo para familia y amigos y para actividades que no involucren el deporte es imprescindible en la formación y proceso de desarrollo, lo cual ayudará al deportista a mantener un equilibrio en su vida personal y su vida deportiva.
Finalmente, el deporte permite aprender que para tener éxito o ganar hay que prepararse con disciplina, rigor y constancia porque de otra manera no se pueden alcanzar estos logros. Enseña que, la necesidad de logro es una habilidad de la personalidad del deportista que debe estar siempre presente y ayuda a establecer el enfoque adecuado para trabajar en un rendimiento deportivo ideal.